CRIANZA EN TRIBU
Desde que el mundo es mundo, podemos afirmar que las mujeres tuvieron la necesidad de agruparse, y encontrarse en relación al nacimiento y la crianza.
Antiguamente en función de los grupos de pertenencia familiar, y hoy en día, y sobre todo en las grandes ciudades y producto de los cambios socioculturales, con otras pares con quienes transitó esta etapa tan especial de la vida de una mujer: el devenir y construirse como madre.
¿Qué significa una tribu? Concebimos a la Tribu como red de sostén, grupo de mujeres que con sus hijas e hijos que se encuentran para acompañarse, informarse, pensarse, y apoyarse en la desafiante tarea de maternar, con respeto y amor. El término “tribu” nos remonta a tiempos lejanos en la historia de la humanidad haciendo referencia a la necesidad de que para criar a un niño no basta con una, ni con dos personas, sino como seres sociales y dependientes que somos, de toda una comunidad, grupalidad de personas, sociedad…TRIBU.
Este termino nos identifica ya que estamos convencidas de que aunque las sociedades hayan cambiado, y la industrialización trajo consigo nuevas definiciones de familia, de hogar, etc, las necesidades más profundas de padres e hijos siguen siendo las mismas y es mas enriquecida, disfrutable y sana la crianza cuando es compartida.
Una tribu es un lugar seguro, elegido y habitado donde crecer junto a nuestros hijos.
Por esto, cuando pensamos en criar en tribu, proponemos un mas allá del encuentro de un grupo de mujeres, un grupo simplemente catártico, un espacio donde se piensa únicamente en el bebé, o únicamente en la madre- padre (o quien ejerza esas funciones), sino en una trama vincular. Una tribu es un espacio de construcción con otros para salir fortalecidos, y enriquecidos de la experiencia.
La tribu comienza a gestarse en el embarazo, donde las mujeres se conocen en un grupo de gimnasia a través de una ronda, juntas y en movimiento, donde comienzan a intercambiar experiencias, expectativas y compartir emociones. Los vínculos prosperan aún más en el período cercano al parto con la necesidad de compartir y juntarse luego del nacimiento, para transitar los puerperios y las crianzas acompañadas y sostenidas en un espacio físico “uterino” que las acompaño en la gestación física y psíquica.
El encuadre semanal de día, horario y lugar da seguridad y confianza, la mirada y escucha de un profesional de la salud perinatal, que coordina, habilita un dialogo que busca poder ordenar, y “normalizar” las emociones y vivencias que muchas mujeres sienten como “ajenas” “desconocidas” “oscuras” “no permitidas” en este momento vital, habilitar el conectarse con las necesidades de la diada MamaBebe, e intervenir en situaciones desafiantes que pueda estar atravesando.
Los primeros tiempos de una familia son fundantes, poderosos y estructurantes como también muy fértiles y oportunos para la intervención temprana que tiene una fuerza inmensa al pensar la historia y el bienestar de esa familia.
Algunos de los temas que más convocan en estos encuentros son: lactancia, el sueño del bebe, el llanto, la sensibilidad y sentimiento de vulnerabilidad de la mujer, la opinión del entorno, el cuerpo del post parto, la relación y coexistencia de la mujer y madre, la relación como hija y madre a la vez, el desarrollo del bebe, el juego, la relación con la pareja, la incorporación de alimentos sólidos, el regreso al trabajo, etc.
Estas tematicas se desarrollan con diversas dinámicas y reflexiones en los encuentros presenciales, así como en el sostén de la Tribu Virtual, que es la conexión siempre disponible y cercana del grupo vía whatsapp.
¿Porque criar en tribu? Criar en tribu, con otros y otras, tiene muchos beneficios, es una práctica enriquecedora.
Muchas veces pensamos que “tenemos que poder solas”, pero sin pensar a que “costo”:
-Criar en tribu, permite “normalizar” emociones y sensaciones propias del puerperio, cuando lo entendemos como un momento fisiológico (lo hormonal tiene un gran protagonismo en estos tiempos, donde abruptamente las hormonas que sostuvieron el embarazo, sufren alteraciones vertiginosas y necesitan readaptarse a las necesidades de un bebe ya fuera del útero) y cuando lo entendemos como un momento de “partición” (de allí la denominación parto, sea cual sea el modo de nacimiento) donde las emociones afloran y nos brindan la oportunidad de encontrarnos con aquello oculto, no integrado, no elaborado, no consiente de nuestra historia.
-Permite elaborar la vivencia del parto, capitalizarla y sanarla.
-Permite lactancias mas placenteras y prolongadas.
-Permite crear lazos con pares que están atravesando ese momento, identificándonos y también enriqueciéndonos de lo diverso que es el “criar”. Nosotros hablamos de “Puerperios” y de “Crianzas”, porque podemos empatizar y compartir muchas vivencias pero nunca dar por hecho que hay un único y posible modo de ser y hacer. Estar con otros permite poder “mirar” para identificarnos, aprender, o no tomar determinadas decisiones.
-Permite, si es coordinada por un profesional de la salud, observar, escuchar, prevenir e intervenir oportunamente en situaciones que se construyen como “problemas” por falta de información o pautas de alarma en relación a la vivencia vincular y familiar.
-Permite conocer, identificarse y satisfacer las necesidades del bebe y de ese modo favorecer la construcción del vinculo y comunicación madre e hijo, que no está dada ni garantizada por la biología.
-Permite estar acompañada, en una ciudad inmensa y llena de gente pero donde muchas mujeres puérperas se encuentran en la soledad de su hogar, con nuevas abuelidades, la pareja que sale a trabajar largas jornadas cada día. El encuentro permite construir amistades, vínculos sinceros, verdaderos y por ello fuertes.
-Favorece la confianza en el registro materno para entender que necesita y como comunica esto el bebe.
Entre tantas cosas…decidir habitar una tribu, implica encontrarse, sincerarse, disponerse a construir y constituir de forma activa una grupalidad. Implica hacerse responsable de lo que se siente, tomar conciencia, habitar un espacio con tu hijo o hija, respetar al otro-a, sin juzgar. Abrirse a esta experiencia en un estado de vulnerabilidad y sensibilidad que paradójicamente tienen una fuerza increíble para integrar aspectos nuevos, ocultos, desconocidos que esta maternidad trajo a la vida de la mujer.
Las tribus son lazos para toda la vida, vínculos que se gestan en el embarazo, y se consolidan en el post parto sosteniendose y acompañandose mas allá del tiempo que duren los encuentros. Son vínculos que se construyen en un momento poderoso y acompañan a la mujer – madre en cada nuevo desafío que un hijo, único e irrepetible, trae a su familia.
Lic. Prof. Tatiana Cicala
M.N: 53297 M.P: 62080